martes, 24 de abril de 2012

El GPS del Mediador: siguiendo el mapa del conflicto






 




En los últimos años el GPS, ese pequeño dispositivo para el coche que se encarga de orientarnos hacia una determinada dirección llevándonos hacía el lugar deseado, se ha convertido casi en imprescindible para aquellos que deciden emprender un viaje a un lugar desconocido y del que no tienen referencia alguna de cómo llegar, si esto mismo lo llevamos al mundo de la mediación nos encontramos con ciertos parecidos; el mediador cuando es solicitado por una  o varias partes para que gestione un determinado conflicto que está sucediendo, no tiene referencia alguna  de la naturaleza, intereses, problemas subyacentes, factores externos, en definitiva, no tiene orientación alguna de qué  se va a encontrar en el trascurrir del procedimiento que está a punto de empezar y como debe conducir las sesiones para alcanzar el destino pretendido de acuerdo con la actitud que mostrarán las partes del procedimiento. No obstante, al igual que cuando disponemos del GPS para emprender un viaje hacia un determinado lugar que no conocemos, el mediador tiene una serie de herramientas que le permiten situarse y seguir el camino correcto en el transcurrir de una buena mediación.
El mediador no tiene satélites que determinen cual debe ser la dirección a escoger pero tiene una serie de herramientas de las que se puede valer igualmente para ubicarse y orientar el hilo de la mediación, esas herramientas tan preciadas nos son dadas en parte por los mediados pero para hacer buen uso de ellas debemos estar muy atentos y desarrollar una serie de actitudes durante todo el procedimiento de mediación. Esas herramientas o factores a tener en cuenta se pueden resumir en las siguientes:

La escucha. 

El dispositivo GPS para buscar su posición  escucha las señales que emiten los satélites, de esas señales el GPS sólo tiene en cuenta las que considera importantes y verdaderas para la ubicación del vehículo (Efemérides), es decir, desecha parte de  la información recibida por considerarla inexacta o no útil para el caso. Igualmente el mediador recibe de las partes en conflicto una gran información de todo tipo, de la que deberá seleccionar la que considere especialmente importante para el caso y desechar la demás; la mayoría de las veces, buena parte de esa información sustancial o básica no será transmitida espontáneamente por los mediados sino que será el mediador el que tendrá que ir a su búsqueda y para ello se valdrá de numerosas herramientas ( analizar gestos, miradas, palabras, realizar preguntas abiertas, utilizar diferentes técnicas  como la del espejismo, la del ajedrez o la de sembrar dudas, parafrasear, etc.). En definitiva, como diría un famoso ensayista español “lo importante no es escuchar lo que se dice sino averiguar lo que se piensa”.

La planificación del viaje.

Una vez que tenemos toda la información que consideramos valiosa y necesaria tenemos que estructurar el procedimiento en base a esa información inicial, el GPS hace ese procedimiento mediante la llamada sincronización en la que ajusta cual es la distancia exacta a un objetivo en base a operaciones de prueba y error; el mediador también tiene que ordenar su procedimiento de mediación en varias fases dependiendo de la información inicial que haya recogido de las partes y de las distintas hipótesis que haya establecido en base a ella. Dependiendo de las vicisitudes de cada caso el mediador tendrá que crear un determinado “planning de trabajo u hoja de ruta” es decir, tendrá que ordenar todo el procedimiento en sesiones en las que deberá establecer un orden y coherencia en los temas a tratar en cada sesión, estableciendo unos objetivos para cada fase, según resulte tras analizar la propia genealogía del conflicto. En definitiva, debemos en esta fase optar por la ruta que nos resulte más cómoda y segura.

El modelo de navegación

Una vez que tenemos la información y hemos elegido la ruta, ahora debemos programar como queremos que se desarrolle nuestro asistente en viaje, tenemos varias opciones: modelo transformativo, el modelo de Harvard, el modelo circular narrativo o el más original, el creativo o mágico. Es muy importante elegir el correcto después de haber sopesado todos los posibles, ya que debemos elegir el que mejor se adapte a nuestra situación, siendo recomendable siempre los modelos que acrecienten la capacidad de comunicación entre las partes, ya que de eso dependerá en buena medida el buen fin de la mediación.

La llegada al destino

Casi siempre la llegada al destino elegido suele ser motivo de desahogo y entusiasmo, tras haber dejado ya horas y horas de viaje incómodo y pesado; en mediación la llegada al destino final del proceso que se cierra con el acuerdo final entre los mediados, tiene que ser la derivación natural, lo más parecida posible a lo diseñado por el mediador en la fase de la planificación del proceso. Es quizás la fase más peligrosa, porque es la hora de montar todo lo hablado y acordado hasta el momento, por lo que debemos haber consolidado previamente unas bases sólidas en las que sustentarse el acuerdo final. Ese acuerdo debe aparecer claramente clarificado y ordenado, de forma que las partes sepan perfectamente a que se comprometen y cuál es el límite a lo pactado, el contrato de acuerdo final entre los mediados debe ser una revisión y definición de lo ya zanjado durante las sesiones de forma que no haya lugar a más debates e interpretaciones a lo ya dicho. Ante todo, eso sí, el acuerdo tiene que tener previsión de futuro y estar  sujeto a posibles cambios normales que puedan darse lugar por el transcurso del tiempo. Por último, a título de consejo, el que sean las propias partes las que lean el acuerdo una vez terminado aumenta la sensación de compromiso y aceptación del mismo de cara al futuro.
 Una cosa hay que tener en cuenta, mientas el GPS nos avisa del fin de viaje y llegada a nuestro destino, en el proceso de mediación tendrá que ser el mediador, llevado por su conocimiento y análisis sobre el desencadenamiento de las distintas fases del proceso, el que decida poner fin al mismo en el momento que considere oportuno, por lo que tendrá que realizar un juicio de discrecionalidad para decidir cuál es el mejor de los posibles.

Por último, unos consejos para realizar el viaje de formas más cómoda

-    - Tenga una buena preparación inicial, pero sobre todo una gran actitud para afrontar con optimismo el transcurrir del mismo.

-          - No se precipite, en este caso el tiempo y la prudencia son factores que pueden jugar a su  favor.

-     -  Elija bien el destino y si comete algún error tenga la capacidad de afrontarlo y salir de él con habilidad y acierto.
-        -   Despierte emotividad y sentimientos,  son puntos de interés en nuestro viaje.

-          - Deje los prejuicios, tecnicismos y formalidades a un lado, abra su corazón y sus sentidos, este viaje es para disfrutarlo.

-        -   Escuche a los partes y analice los gestos, aprenderá  un mundo nuevo de comunicación.

-     - Siéntase cómodo y haga sentir cómodos a los restantes viajeros, todo el viaje será mucho más agradable y gratificante.

-       - No tire la toalla si las cosas no salen como esperaba,  lo principal es sentir la sensación  de haber hecho lo correcto y haber contribuido a hacer el camino más fácil a los demás.

-         -  Huya de las malas formas, muéstrese asertivo e inculque la palabra como eje motor del viaje.

-      -  Deje a los acompañantes libertad para decidir lo que más le convengan, descubra cuáles son sus principales pretensiones, muéstrese comprensivo y optimista con sus elecciones y  hágales reflexionar sobre sus opciones, seguro que escogen la mejor para sus intereses.
  
En definitiva, el GPS del mediador es la información que recibimos del conflicto que tenemos que mediar, si somos atentos y audaces podemos encontrar una  gran cantidad de indicadores a modo de satélites que implícitamente nos dan  una información primordial para entender las posturas, intereses y objetivos de las partes en conflicto, y todo ello, para poder hallar el mejor destino posible al maravilloso viaje de la mediación.

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